miércoles, agosto 19, 2009

A MI ESO NO ME VA A PASAR


El primero en embarcarse fue mi tío Eliovan. Se lleno los bolsillos con unos dulces, un pedazo de salchichón, un pedazo de panela y una botella de gaseosa llena de agua y todo listo para el viaje, destino, los nortes, a los usa, a recoger los dolorosos, los verdes, claro y comprarle a la mamá una alacena para llenarla de comida y no tener que pasar mas hambre ni humillaciones.

Espero la oscuridad de la noche y entre las sombras se metió al muelle y luego dentro del container. Ahí, junto a otros que también iban de polizontes, les tocaba esperar a llegar a los puertos de Estados Unidos, aguardar el momento preciso para lanzarse afuera y listo.
Pero el barco en lugar de ir a la tierra del tío Sam se desvió rumbo a Holanda.

El frío de las aguas penetro el casco del barco entre mi tío y sus compañeros trataban de darse calor para aguantar un poco mas.
Ya varias semanas habían pasado, las pocas provisiones se acabaron pues no se tenía en mente un viaje tan largo y peor aun, el agua.
Eliovan deliraba, su cuerpo temblaba por el frío aun cuando tenía fiebre. En su alucinación recordaba cuando era solo un niño y corría libre por el campo, en la zona costera del Valle del Cauca… Deliraba, y recordaba como cuando tenia hambre le bastaba estirar la mano y coger un plátano y tirar un anzuelo al mar para sacar un pescado, todo eso era una maravilla; pero un día, unos hombres llegaron con armas y mataron a su papá y al mío por querer defenderlo y a ellos, a su mamá y a sus hermanos, los obligaron a huir y abandonar la tierra.
Caminando llegaron al puerto de Buenaventura, mendigando todos los días. Algunas veces se llenaba el estomago, otras (que eran la mayoría) se llenaban de suspiros, aire y resentimiento y la única certeza que tenia es que todos los días comería mierda.

Peor ellos no eran los únicos, en la calle conoció a otras personas, a otras gentes que también se vinieron de otros pueblos, de otros lados; pero todos con el mismo color de piel, con la misma necesidad, con el mismo vació en el alma y en el estomago.

…y se decidió, a sus dieciséis años se fue de polizonte a buscar futuro, por que siempre dijo que cuando coronara, que cuando llegara, nos mandaría plata para vivir bien, para comer lo que quisiéramos; pero lo que la familia recogió fueron sus cenizas en una cajita…
Sus compañeros de aventura, cuando los deportaron, lo contaron todo, de cómo Eliovan cayo rendido y domo ellos trataron de reanimarlo y darle calor orinándosele encima. Contaron también el susto que se llevaron cuando descubrieron que no se movía y les toco golpear y gritar fuerte para que los escucharan y poder salir.

Y así, varios de mis tíos se han decidido a irse de polizontes…
A mi Francisco, Kiko le decíamos acá, le fue mejor, el pudo llegar y pisar suelo americano y si, no sabia de ingles ni de nada; pero tenia que rebuscársela. Comenzó comiéndose las sobras que caían en la basura de los restaurantes, mendigando unos centavos (muy diferente del mundo donde pensaba que corrían los mares de dólares) y así, hasta que se encontró con unos paisanos que tenían el control en algunos asuntos calientes que lo conectaron y lo ubicaron a trabajar con ellos y créame, lo hizo y duro.
Recuerdo como si fuera ayer cuando nos llego al rancho los primeros pesos, mi abuela salio corriendo a comprar la comida. Nunca desde que me acuerdo había visto tanta, inclusive, alcanzo para invitar a los vecinos.
Mi tío seguía aguantando y vendiendo esa vaina que los mata; pero póngase usted a reflexionar, aunque se que es muy duro, para que se muera mi familia de hambre, es mejor que se muera otro, eso cualquiera lo tiene claro.
El, mi tío kiko decía que estaba ahorrando unos cuantos dólares para comprarle una casa a la familia y poder dejar ese rancho de tablas y cartones; pero vea como es el destino, sus propios amigos lo mataron a balazos para robarle los ahorros.
El siguiente, el Chombo… no, ese ni llego a la USA, se monto en un barco de bandera china y en alta mar los descubrieron y los tiraron al mar, eso nos lo contó uno de los muchachos que se alcanzo a esconder hasta llegar, aunque cuando salio del barco, en el muelle lo agarro la inmigración. Ese fue el que mas le dolió a mi abuela por que a el en especial, a mi tío Chombo no lo volvió a ver nunca, ni siquiera en el cementerio tenia una lapida a la cual rezarle. Yo creo que por eso es que se mantiene pegada del rosario.

Yo se que usted se preguntara ¿Cómo alguien se decide a arriesgar la vida de esa manera? La respuesta es simple, en un país donde la única opción de los pobres es morirse de hambre sumidos en la miseria, mientras seguimos con la esperanza de que cada nuevo niño que nazca venga con el pan debajo del brazo para poder repartirlo, es mejor salir como los hombres y jugarse el pellejo sabe, por que no hay nada mas duro que ver morir a la mamá de hambre y como en mi caso, también a mi abuela.
Pero sabe, yo se que a mi me va a ir mejor y aunque tengo quince años, a mi eso no me va a pasar. Y si, tengo que intentarlo; por mi y mi familia, porque es mejor morirme intentando llegar a donde hay oportunidades que seguir aquí muriendo, con el dolor de ver como hasta los sueños se mueren de hambre

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