domingo, enero 10, 2010

Hay un títere, pulpo violeta
Que se quedo sin titiritero y sin mar
Hay almas que se quisieron tanto en silencio
Que cuando nacieron las palabras no encontraron nada para decirse.
Hay una puerta que se abre
Y sin embargo; no hay nadie que quiera cruzarla
Hubo una vez un hombre preñado de palabras
Que cuando nacían se estrellaban contra las paredes
Porque los oídos se hicieron sordos a voluntad
Hay un mundo de soledades acompañadas
Pero nadie quiere romper las banderas de sus propias tristezas
La marcha de empleados inútiles continua hacia el hambre y la desesperación
No hay tiempo para arrepentirse, no podemos devolver el tiempo.

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